The Lost Canvas - Gaiden - Albafica de Piscis

La historia comienza con un niño siendo perseguido y atacado por unos espectros, indefenso y a punto de morir en manos de esos seres, es salvado por una persona misteriosa, que los enfrenta y a cambio recibe burlas por parte de los sirvientes de Hades:

_ Qué hace una persona tan hermosa como tú aquí?

Pero pronto descubren que están a punto de morir a manos de un Caballero de oro al servicio de Athena. Y así es, éste se presenta como Albafica de Piscis quien lanza su ataque: Demon Roses y  acaba con todos los espectros.

El niño ha sido salvado y este le agradece al caballero, sin antes decirle que el también se sorprendió de que una persona tan hermosa fuera tan fuerte.
Albafica luce algo ofendido, a lo que el niño se disculpa y le dice su nombre, Pefko e intenta acercarse a él, pero el santo de oro se aparta rápidamente y le dice que no lo toque!


Pt. II

Luego de haber salvado al pequeño Pefko, Albafica emprende su regreso hacia el Santuario y claramente en su camino se encuentra con el Guardián de la primera casa, Shion de Aries.

Shion se alegra de ver al Santo de Piscis y lo saluda amablemente, un detalle que me pareció muy bueno ya que no siempre podemos ver una interacción entre los santos dorados en modo "relajado" por así decirlo.
-  Otro detalle es que Albafica le dice a Shion, que con su permiso se dispone a pasar por allí.
Entonces Shion nota que Albafica está herido, puede ver que de su brazo está brotando sangre.

Shion se aproxima hacia a él y preocupado lo toma del brazo para ayudarle, Albafica reacciona rápidamente alejándose de él y pidiéndole que no lo toque.
Entonces Shion le dice: que el no le teme a su sangre envenenada y podemos ver una expresión de sorpresa y quizá pena en el rostro de Albafica.

Continúa su camino hacia la cámara del Patriarca, para anunciar que ha vuelto de su misión y este luego de felicitarlo le encarga otra tarea, dirigirse hacia una isla donde están sucediendo extraños casos y le cuenta que allí hay un Sanador milagroso, capaz de curar cualquier enfermedad, maldición y veneno.

Luego podemos ver cómo Albafica se dirige hacia el templo de los peces gemelos, y en su paso por el jardín de rosas venenosas admira su alrededor pensando que nada más puede vivir allí y ese es su hogar. Se detiene frente a una lápida y recuerda a su maestro y predecesor Lugonis, diciéndole que nunca olvidará sus enseñanzas ya que son el orgullo de Piscis.




Pt.III

El Patriarca Sage ha enviado a Albafica hacia una isla cercana al Santuario, donde un supuesto sanador milagroso reúne multitudes y una estrella maligna se ha alzado en aquel lugar.
Cuando llega al puerto, Albafica se encuentra con Pefko, el niño que había salvado anteriormente, él será su guía hacia aquel lugar.

Pefko le cuenta que aquel sanador milagroso es su maestro Luco, el como su aprendiz se encarga de recolectar las plantas que Luco necesita para preparar sus antídotos. Y no sólo eso, sino que su maestro lo acogió siendo muy pequeño, ya que el había sido abandonado en aquella isla.

Albafica piensa entonces que tiene algo en común con ese niño, el también fué abandonado siendo solo un bebé y quien lo rescató fue Lugonis, quien se convertiría luego en su maestro. La isla está repleta de personas enfermas, heridas y moribundas, todas en busca de la cura milagrosa, finalmente llegan a su destino y Pefko le indica que ese es su maestro.
Cuando Luco gira su rostro hacia ellos Albafica no puede creer lo que ve.
Lugonis?.


Pt.IV


Albafica se sorprende al ver el increíble parecido de Luco, con su fallecido maestro. Este le pregunta qué sucede? A lo que el responde que lo confundió con alguien más. 
Mientras es testigo de las curaciones milagrosas, una mujer sumamente enferma, con todo su cuerpo herido (aparentemente con lepra) se acerca a Luco y este hace desaparecer sus heridas.

Albafica se encuentra muy confundido, no logra entender cuál es su misión allí, no parece suceder nada malo a pesar de que la estrella maligna se alza sobre la isla.

Luco le dice que puede curarlo también a el. Que sólo lo pida y su sangre envenenada ya no será un problema y su vida podrá ser normal y tener contacto con otras personas.
Luco tenía conocimiento del ritual de Sangre de Piscis.

Entonces Albafica recuerda a su maestro y la promesa que le hizo, su deber está en primer lugar, incluso antes que su salud y su felicidad.

Desde muy pequeño el entrenó con Lugonis quien le enseñó las técnicas letales de Piscis, al utilizar el poder de las Demon Roses le remarcó que debe alcanzar la perfección en su ataque, debe procurar herir sólo a su adversario.

Finalmente una noche, Luco le dice a Albafica que el debía elegir, al haber nacido con una condición única su sangre era capaz de soportar el veneno de las rosas, pero si deseaba continuar no habría marcha atrás, ser un caballero de Piscis significaba vivir alejado de cualquier otro ser humano.

Le explica sobre el ritual de sangre por el que cada generación de santos de Piscis debe pasar.
El maestro y el alumno intercambian su sangre envenenada hasta haber desarrollado por completo la resistencia suficiente y haber hecho que su sangre sea veneno puro.

Albafica le dice a Lugonis que el no tiene miedo. Que elige seguir el camino de Piscis y quedarse allí con el.
Sin saber que eso significaba perder a su querido maestro.


Pt. 5

En este capítulo podemos apreciar mejor el vínculo que unía a Albafica y a su maestro Lugonis de Piscis. Como el mismo lo menciona, "incluso más fuerte que el de un padre e hijo"

Día tras día ambos realizaban el ritual carmesí, intercambiaban su sangre, hasta que finalmente uno de los dos desarrollaría el veneno más fuerte y por lo tanto la mejor resistencia.
Albafica no sabía esto, pero su sangre estaba matando a Lugonis.

Finalmente él le dice la verdad y lo orgulloso que se siente, tú serás un Santo de Piscis incluso más poderoso que yo y eso lo supo apenas te vi por primera vez, cuando siendo sólo un bebé te encontré llorando entre las rosas venenosas y sobreviviste.

Para mi eres un regalo que los Dioses me enviaron para no pasar los últimos días de mi vida en soledad.

Albafica despierta llorando, se encontraba soñando aquello y al abrir los ojos ve a Luco y una vez más lo confunde con su viejo maestro.


Pt. VI

Al final del capítulo anterior vimos al caballero de Piscis recostado y teniendo pesadillas, Luco lo había llevado hasta allí, luego de que se desvaneciera en su jardín de lirios blancos.

Allí le revela dos cosas: que su sangre envenenada no implica ningún riesgo para el, y que Lugonis se trataba de su hermano menor.
El propósito de estudiar las hierbas medicinales no era otro sino salvar la vida de su hermano. Pero al no poder hacerlo al menos quería ayudarlo a él. - No tienes que responderme ahora, puedes pasar la noche aquí.

Sabemos que el Patriarca Sage tenía pleno conocimiento de esto. En una escena dentro la cámara del Patriarca podemos ver a Shion, quien se sorprende de esto y le dice que a un n sabiendo eso envió a Albafica hasta allí?
El Patriarca responde que ese fue el deseo de Lugonis.
El antiguo Santo de Piscis le pidió ese favor. Llegado el momento si su hermano Luco, conseguía la cura a la sangre envenenada, quería que envíe a Albafica allí y que el tome la decisión, si continuar el legado de Piscis o elegir el camino de la humanidad, y convivir con otras personas.

Mientras tanto Pefko le advierte a Albafica que se marche inmediatamente de allí. Y lo lleva más allá del pueblo, a campo abierto. Donde ambos pueden ver a la mujer que había sido curada esa misma tarde, junto a otras personas.

Pefko le dice a Albafica que es demasiado tarde. Ninguna de esas personas ha sido salvada.
Ese el el motivo por el que el fue a buscarlo, aquellas personas no fueron curadas. Y ante sus ojos se convierten en Espectros.

En ese momento aparece Luco y enfurecido ataca a Pefko, mostrando su verdadera identidad. Espectro Luco de Dríade.



Pt. VII

Luego de mostrar su identidad de espectro, Luco de Driade ataca a Pefko, quien fuera su alumno. Albafica logra protegerlo y ha llegado el momento de la batalla.

Los lirios blancos de Luco, no son más que flores del Mekai, que arrebatan la vida de las personas y las convierten en espectros.
Todo este tiempo había estado engañando a los enfermos que concurrían allí para curarse.





Pt. VIII

Los ataques de Albafica parecen no funcionar contra la defensa de Luco y este atrapa al Santo de Piscis con las enredaderas espinosas de sus lirios.

Pefko se interpone entre ellos y enfrenta a su maestro. No va a a permitie que lastime a Albafica. Y le dice que el no cree que esa sea su verdadera identidad, su cariñoso maestro Luco no podía hacer semejantes atrocidades.
Pero el espectro de Dríade no se conmueve con las palabras de Pefko y lo ataca de todos modos.

Pefko se encuentra confundido y en aparente tranquilidad, solo puede sentir un aroma dulce a flores.
Abre los ojos para ver que Albafica lo ha cubierto con su capa y puesto a salvo.







Pt. IX

El espectro Luco de Dríade es derrotado pero antes de morir recobra su humanidad, y le confiesa a Pefko que antes de conocerlo su único propósito era encontrar la cura para la sangre envenenada de su hermano.
Pero luego se encontró con ese pequeño abandonado y se encargó de criarlo. Hasta que un día Pefko enfermó y no pudo hacer nada por él, el niño se encontraba moribundo y ni siquiera con sus hiervas milagrosas podía salvarlo.

Luco le pidió a la muerte que se lo lleve a él y no al niño, y esta respondió, le dijo que había una manera. Entonces aparecieron los lirios blancos, las flores del Mekai y le encomendaron una misión a Luco.

Pefko no sabía nada de esto y llora al sentirse culpable por el destino de su maestro. Luco lo consuela diciéndole que el no hizo nada malo y que al contrario, le trajo alegría a su vida y también gracias a él se reunió con el discípulo de Lugonis, al fin pudo conocer a la persona que alegró los días de soledad de su querido hermano.
Las flores comienzan a desaparecer, y Albafica ha cumplido con su misión.

Se despide de Pefko y este le promete que va a convertirse en un gran sanador como su maestro Luco y encontrará la cura para la sangre envenenada.
Albafica le sonríe y acaricia cariñosamente su cabeza. Y ambos parecen sorprendidos de aquello.

En el Santuario, el Patriarca nota que la estrella maligna que se posaba sobra la isla, ha desaparecido. Significa que Albafica ya debe regresar.

Quién dijo que la vida de Piscis está condenada a la soledad?

El no poder establecer vínculos físicos con las personas, hace que los lazos sentimientales sean aún más fuertes, y si eso no es humanidad, entonces qué es?

Fin.


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